Aquí empieza- Cuando somos conscientes de que el planeta se deteriora minuto a minuto, los recursos naturales se agotan, el cambio climático se acelera, el medio ambiente cambia, afectando la salud del planeta y de toda la vida que habita en el, es entonces cuando volteamos a ver lo que en nuestra vida cotidiana podemos cambiar para contribuir a cuidar el medio ambiente.
Todos podemos tomar acciones que ayuden a preservar el medio ambiente, pero vamos a comenzar por definir lo que es un hábito, ya que es fundamental comprenderlo para que el impacto sea mayor. Un hábito, para la Real Academia Española, es: “Modo especial de proceder o conducirse adquirido por repetición de actos iguales o semejantes, u originado por tendencias instintivas.”
Entonces, podemos decir que para llevar a cabo hábitos ecológicos, debemos procurar que sean actos constantes y repetitivos.
No necesitamos ser activistas para comenzar a hacer un cambio.
Vamos ahora a definir Ecología: es la ciencia que estudia la relación de los seres vivos y el medio ambiente en el que se desarrollan, estudia también cómo se distribuyen y el por qué de su abundancia en un área determinada, y cómo esas propiedades son afectadas por la interacción entre los organismos y su ambiente.
Tener hábitos ecológicos significa tener comportamientos repetitivos en nuestra vida siendo conscientes de cómo estos se relacionan con el medio ambiente, la finalidad de conducirnos de esta manera permitirá que las consecuencias de este actuar responsable pueda ser observado y estudiado por al ciencia para determinar hasta qué grado afecta o beneficia al medio ambiente y por lo tanto a los recursos que obtenemos de el.
La intención de generar un hábito es que toda acción consciente se pueda volver una conducta automática y espontánea.
¿Cómo impacta a largo plazo lo que hagamos hoy por el medio ambiente?
Con un modo de actuar responsable con el medio ambiente en nuestra vida cotidiana, podemos satisfacer las necesidades actuales sin comprometer las necesidades de generaciones futuras, así entonces, podemos decir que cada hábito ecológico que adoptamos es una contribución a un desarrollo sustentable que impacta de manera global y universal en la búsqueda de un modelo económico que reduzca considerablemente el daño al medio ambiente.
Nuestra responsabilidad hoy es adoptar prácticas conscientes alineadas a la conservación del medio ambiente, a practicas que fomenten la equidad social, así podremos crear una cultura civilizatoria que proclame principios éticos para lograr un desarrollo sustentable.